Son las 5 de la mañana y la Flórida (sí, con tilde en la o) nos recibe con su inconfundible humedad ambiente y lloviznando.
Luego de recorrer un par de cuadras de aeropuerto llegamos a Migraciones y nos disponemos a hacer la kilométrica cola: no estoy exagerando al decir que tenemos 500 personas adelante.
Nuestra conexión a Orlando sale a las 7:30, pero con este panorama parece que vamos a estar medios justos de tiempo.
No hay demasiado para hacer así que rápidamente mi atención es acaparada por las diferentes pantallas que están dispuestas en la fila.
En una de ellas está sintonizada la CNN con sus Breaking News y muestran una cobertura especial sobre un doctor que fue hallado culpable del asesinato de su esposa.
| |
 |
El que quiere celeste... |
|
Los minutos pasan y las noticias van cambiando... hubo un tifón en Filipinas con un saldo al momento de 100 muertos, pero estiman que este número puede seguir creciendo. Horrible pobre gente. |
 |
Migraciones |
| |
En otra pasan incansablemente el proceso de Migraciones. Me entero que los ciudadanos estadounidenses y algunos otros pueden darse de alta en globalentry.gov.
Se trata de un programa para viajeros frecuentes y de bajo riesgo en el que son pre-aprobados y por tanto están habilitados a ir por otra fila, bastante más dinámica que la que nos encontramos nosotros.
|
Ni quiero saber toda la documentación que tendrán que presentar estas personas, así como la investigación a la que serán sometidas para poder pasar alegremente por la Aduana de Estados Unidos sin mayores detenimientos.
|
|
Ya hace una hora y media que estamos haciendo cola y me pregunto qué es lo que está fallando. No hay mucho misterio... hay 78 puestos de los cuales sólo 10 están abiertos. |
Y esta situación me hace recordar a mi padre y lo mucho que se indigna cuando en el Devoto de Piriápolis abren poquitas cajas en pleno fin de semana largo.
|
Ya es tal el aburrimiento que me pongo a contar las banderas que decoran el lugar: son 16 en total (al menos las que alcanzo a ver) de 1 x 2 metros que dejan claro el patriotismo yankee.
|
A esta altura estamos nerviosos: faltan 15 minutos para las 7 y aún tenemos 2 personas adelante.
|
La primera demora bastante más que el promedio. En la mano lleva una carpeta del "Centro Radiológico Vargas Pazzos", y por algún motivo el contenido de la misma está requiriendo mayor tiempo de análisis por parte del oficial. Murphy nunca falla... no puedo creer que este hecho esté poniendo en peligro mi viaje a Orlando. |
Sólo resta una persona y nos toca a nosotros... Por suerte hace el trámite bastante rápido y siendo las 7 escuchamos el tan anhelado "
Next!".
El oficial que nos atiende es un moreno grandote que cada vez que se ríe deja al descubierto una sonrisa que encandila: tiene un par de dientes de oro. Sólo este hecho parece suficiente para intuir que estamos frente a todo un personaje.
Es muy simpático, justo lo opuesto a lo que necesitamos en este momento. Lo único que quiero es que deje de conversar, nos tome la foto y la huella dactilar, selle el pasaporte y nos libere: pero sus planes son diferentes a los míos.
Mira las fotos, nos dice qué bien que salimos y que somos sumamente parecidos; supongo será otra de las tantas personas que piensa que somos hermanos en vez de esposos.
Como sonseando me mira la mano izquierda y me pregunta si es mi sortija de bodas.
¡No puedo creer que sea tan detallista! Parece de la CIA en vez de Aduanas: se dio cuenta que no es el mismo anillo que lleva Nacho. Pero lo que no sabe es que usamos los anillos en la mano derecha, y el mío de la izquierda no es el que busca. |
| |
 |
La ley... ¡piel de gallina! |
|
Finalmente nos deja pasar y salimos disparados por los pasillos: cada segundo cuenta.
|
Llegamos a otro mostrador, pero lo sorteamos rápidamente, sólo hay que entregar un papel que ya tenemos completo.
Seguimos corriendo, pero se me viene el alma al piso cuando veo el tercer y último control: a sacarse camperas, zapatos y lo que llevemos de los bolsillos para pasar todo por los rayos. Este control es por definición, lento. Y más si tenemos a una familia adelante.
|
 |
¿Para cuándo la teletransportación? |
| |
Terminan de pasar nuestras cosas y mientras me voy poniendo los championes miro la hora: 7:15. Salgo a la terminal para buscar el monitor que me diga cual es la puerta de partida. Estamos en la D20 y nuestro vuelo sale en 15 minutos de la D38. Fuck. A correr.
|
A medida que la numeración va en aumento nuestro pulso también, y cada tanto tenemos que parar a respirar.
D25... D26... D27...
Cada vez que paro pienso en que estoy perdiendo el avión y me obligo a seguir corriendo. Nacho viene unos pasos más atrás todo transpirado.
|
|
Ya puedo divisar la D38 y corro como si mi vida dependiera de ello. Veo a la mujer de la aerolínea en el mostrador y a los gritos pelados le digo que vamos para Orlando mostrándole los
boarding-passes.
Miro hacia afuera y allí está el American Airlines. La mujer me dice que la siga y estoy feliz de haber llegado. Me doy vuelta para avisarle a Nacho que todo está bien, pero cuando vuelvo la mirada veo el momento exacto en que desconectan la manga... ¡nooooo! En un acto reflejo miro al piloto a través de su ventanita y le digo "
Please,
please,
please!!!" juntando las manos con gesto de súplica.
En este instante lo único que se me pasa por la mente es la frase más inmadura del mundo... "Ojalá que te estrelles". Pero no termino de pensarla cuando ya me estoy arrepintiendo y sé que lo digo porque estoy frustrada: nunca había perdido un avión por cuestión de segundos.
La señora de la aerolínea vuelve como si nada, y muy tranquilamente nos dice que tenemos que esperar el próximo vuelo que sale dentro de una hora y media.
|
Despotrico durante 5 minutos y el carry-on se liga un par de patadas.
Cuando era chica y perdía un partido que podría haber ganado pateaba piedritas entrompada... se ve que sigo siendo la misma.
|
Acepto la derrota y vuelvo a poner todo en perspectiva: en la tele el informativo actualiza la situación de Filipinas, el número ascendió a 1.000 fallecidos. Eso si es trágico.
|
| |
 |
Aceptando la derrota |
|
El avión sale a las 8:55 por tanto estaremos llegando a Orlando casi a las 10, hora en que abre el parque. La idea original era llegar más temprano dado que nuestra estadía es bastante corta, pero en definitiva no importa... estamos de vacaciones.
|
Cuando queremos acordar estamos despegando; el vuelo cortito dura una siesta, y al abrir los ojos ya estamos aterrizando.
|
Como no tenemos valijas que recoger en las cintas, rápidamente estamos fuera, alquilando el auto. Obviamente nuestra reserva es para un "Económico" el escalafón más bajo de las rentadoras... pero la experiencia indica que en Estados Unidos no existen los vehículos malos, feos o viejos así que vamos a estar sobrados.
El muchacho que nos atiende intenta tentarnos con un Camaro, por "tan sólo 25 dólares más al día", a lo que olímpicamente le respondemos que no. Nos informa que entonces tenemos asignado un Hyundai Accent. No me queda muy claro pero creo que, al ver que igual estamos contentos con algo "tan básico", se apiada de nosotros y termina dándonos un Ford Fusion.
 |
¡El enterprise un poroto! |
|
|
Para mi mientras cumpla su función de transportarme de forma segura a destino alcanza así que realmente me da lo mismo.
|
Nos dirigimos al parking a buscar nuestro auto y cuando lo vemos no lo podemos creer... es una nave.
|
Olorcito a nuevo, asientos de cuero, terrible radio y demás chiches.... el asiento del conductor se corre hacia atrás automáticamente antes de sentarse y luego hacia adelante. En definitiva mucho más de lo que precisamos.
|
|
Dejamos todo lo innecesario en la valija y cargamos la mochila sólo con lo que usaremos en el parque: las entradas, protector solar, gorros y una camperita.
|
Y allá vamos guiados por el GPS a nuestro primer destino: Universal Studios. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario